Abrazando mi descanso.

El descanso profundo es la tecla de “reinicio” para todos nuestros cuerpos. El físico necesita movimiento y descanso. El cuerpo emocional, agitado por el oleaje emocional, necesita también un tiempo de relajación y paz. Nuestro cuerpo mental necesita bajar su producción de imágenes y pensamientos. Ante ese descanso, nuestro cuerpo energético puede también recuperar su funcionalidad.

En estos encuentros la música es nuestra guía. Ella nos orienta hacia el Ser más allá de la limitación de la palabra hablada. A través de ella entramos en estados de conciencia que la mente ordinaria no alcanza.

La música atraviesa las corazas y nos guía, invitándonos al movimiento,  en el desconocido viaje hacia lo sagrado que nos habita.

En el abrazo Memeluk puedo entregarme a ese descanso, sostenida por la energía de otra persona, y de un grupo de personas que se entregan al presente y forman “El Nido».

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