Que la ira y el miedo,
ante el Amor,
se hagan espigas que danzan con tu aliento;
que regrese el Sol a su reinado,
invadiendo el Alma de esperanza nueva,
de Amistad verdadera.
Sea la piedra la fortuna del camino,
en la que dos corazones cansados se encuentran y,
dejando a un lado su equipaje,
besan la herida,
tantas veces repetida
hasta creerla verdad.
Sueño,
deja que despierte,
abandonando todo miedo al dolor
y sane lo que la ignorancia hirió
y el Amor comprende.
Más allá de las raíces
que se hunden en el tiempo,
brilla el Arco Iris que une
Cielo y Tierra.
Koki.